Blancanieves y los 7 emonitos



Era un día de invierno, y los copos de nieve caían del cielo como plumas blancas.

Una reina estaba sentada a su ventana, cuyo marco era de ébano, y cosía, mirando la nieve caer. De pronto, distraída, se pinchó un dedo, y cayeron tres gotas de sangre en la nieve. Y tan brillante y hermosa resaltaba la gota roja sobre la blanca nieve , que la reina exclamó:

— ¡Me gustaría tener una niña tan blanca como la nieve, tan roja como la sangre, tan negra como el ébano del marco de la ventana!

Y pasó algún tiempo, y la reina tuvo una niña, cuyo cabello era tan negro como el ébano, mientras sus labios eran rojos como la sangre, y su tez blanca como la nieve. Por esto, y, en recuerdo de aquella tarde de invierno, se llamó Blancanieves.

La madre de Blancanieves murió cuando la niña era muy pequeña. La niña creció y se dejó el pelo muy largo, negro como el ala de cuervo. Siempre iba vestida de negro de la cabeza a los pies. Como tenía la piel tan blanca y los labios tan rojos, era la más moderna del Reino.

...continuará en  Cuentos clásicos para chicas modernas.