Sapos y culebras



Érase una vez una mujer que tenía tres hijas. Las mayores era muy parecidas. Ambas eran antipáticas y orgullosas. Se llamaban Altiva y Distante.  
La hija menor, al contrario, era bondadosa y de buen carácter. Se llamaba Dulce. Siempre estaba dispuesta a ayudar y era ella la que se ocupaba de todas las tareas de la casa, porque sus hermanas eran unas perezosas. Cada día, Dulce debía ir dos veces por día a recoger un cubo de agua del manantial del bosque, a gran distancia de la casa.

Un día, cuando llegó al manantial, una pobre mujer se le acercó y le pidió un trago.
 

La Reina, la peluquera y la arpista


 

Había una vez un reino muy lejano en el que casi no había peluqueras. Y no había peluqueras porque, una vez al año la Reina elegía por sorteo a una peluquera y la mandaba llamar para que le cortase el pelo y… Esa peluquera nunca regresaba.

Innumerables leyendas corrían en el Reino sobre la suerte de las peluqueras: que si la Reina las asesinaba, que si las encerraba en las mazmorras del Castillo, que si las arrojaba al foso… Cada año, el Reino perdía una peluquera. Y hubo muchas que cambiaron de profesión porque tenían miedo ante la posibilidad de que algún día la Reina las llamara. Por eso, cada vez había menos peluqueras, y como había pocas peluqueras, sus servicios eran cada vez más caros y sus listas de espera larguíííísimas.

Caperucita Negra


Había una vez una niña cuya mamá le regaló por su cumpleaños una capa negra con caperuza  de tereciopelo negro. A la niña le gustó  tantísimo el regalo que no se quitaba la capa ni para dormir. Como llevaba el pelo teñido de negro, y las uñas pintadas de negro, y los ojos maquillados de negro, en su pueblo le llamaban Caperucita Negra.


La Princesita y el Pijo






Había una vez una princesa que vivía en una familia muy pija. Su papá el Rey estaba siempre montando en moto, en caballo o en velero. Su mamá la Reina llevaba siempre ropa de marca y bolsos carísimos. Sus hermanas mayores llevaban el pelo muy largo y teñido de rubio e iban siempre vestidas con modelitos muy estupendos y maquilladas con sombra y brillo de labios rosa. Y sus hermanas pequeñas llevaban siempre vestiditos rosas y coletitas anudadas con grandes lazos rosas.

Pero nuestra protagonista no era nada pija. Ella era más bien
gótica y siniestra.


La Princesa Pocacosa

"Había una vez un reino en el que vivía un rey que tenía tres hijas. Las dos primeras eran superdivinas y superpopulares.
Salían todas las noches a las mejores discotecas y a las fiestas más exclusivas del reino, en las que siempre era requerida su presencia.

Cuentos clásicos para chicas modernas


Caperucita, Blancanieves, la Bella Durmiente, la Princesa del Guisante… , y muchas más heroínas de cuento están cansadas de vestir de rosa, hartas de esperar príncipes azules para acabar besando a sapos, y ¡dispuestas a todo!.

Las nuevas heroínas de estos cuentos clásicos para chicas modernas de nueve a noventa y nueve años son inteligentes, valientes, decididas y, sobre todo, muy divertidas.

Se encontrarán en su camino con sapos macarras, lobos punk, caballeros pijos, enanitos roqueros, príncipes ecologistas, hadas punkimadrinas, diablos góticos, admiradores siniestros, genios bromistas , reinas con orejas de caballo, plataformas anti desahucios, y hadas maléficas reconvertidas en alcaldesas corruptas.

Los cuentos de toda la vida en las versiones más divertidas, para que todas las chicas aprendamos a caminar al lado de nuestros príncipes y no detrás.

Escrito por una escritora de prestigio mano a mano con su hija, ilustrado con amor y supervisado por pedagogos, Cuentos clásicos para chicas modernas te garantiza que te lo pasarás muy bien, reflexionarás mucho, y acabarás por aprenderte muy bien la moraleja:

la mejor hada madrina que puedes tener eres tú misma.


Saldrá en Septiembre.